CHIQUIMITÍO

DE VOCACIÓN LACTEOS

Localizada al noroeste de Morelia a 10 kilómetros por la carretera a Torreón Nuevo. Fundada el 7 de diciembre de 1887; de origen, por sus palabras náhuatl: “lugar de los que tiene cestos o escudos”. Este poblado se convirtió desde principios del siglo XIX en un innegable centro cívico-religioso. Cuenta la historia que el Santo Niño se le apareció a una princesa llamada Paquinhuata hija del rey Caltzonzin, emperador michoacano, hace aproximadamente 400 años, en el siglo XVI. Cuando la princesa hacia un recorrido y se dispuso a tomar un baño en los manantiales de Chacuaro, vio una diminuta imagen enclavada en una hermosa rosa, a quien inmediatamente le rindieron culto y fue ahí quien pidió permiso a su padre para fundar el pueblo de Chiquimitío. La imagen ahora se encuentra enclavada en una rosa de filigrana de oro de 14 kilates, protegida bajo un cristal a prueba de bala en la parroquia del lugar, con una diminuta estatura de 2.8 centímetros. Chiquimitío ha permanecido fiel a su tradicional aspecto, dividido por los barrios de Lourdes, Cerrito, Chacuaro, Molino, Plaza y Cruz de Caminos, considerada un centro religioso para la región. Existe en la Tenencia 2 manantiales que surten de agua potable al pueblo, Chacuaro y Lourdes, utilizadas principalmente para uso potable, el manantial de Chacuaro da vida a la cascada del Salto, y agua abajo es usada para riego agrícola y para dar de beber al ganado Bovino. El Ejido Oponguio cuenta con un ojo de agua llamado “piedra amarilla”, el cual es utilizado para dar de beber al ganado de la zona. Las y los habitantes de la tenencia han materializado el trabajo de la producción de lácteos como vocación, atrayendo con ello la elaboración de quesos, crema y leche apuntalando a la localidad como uno de los máximos productores en la región. De sus diversos atractivos turísticos no puedes dejar de visitar:

 El templo del Santo niño Jesús.

 La cascada “El Salto”.

 Manantiales.

 Presa de Chiquimitío.

 Cárcavas Los Piloncillos.

Como amplia recomendación recorre su plaza, degusta de algún antojito en el quiosco, comparte con la amabilidad de su gente y comprar los hilados a mano de las mujeres productoras de bordados de la región.